El mundo de la odontología ha cobrado especial relevancia en los últimos años. Esto se debe especialmente a que la sociedad se ha dado cuenta de que mantener una correcta salud bucal es más cómodo, e incluso más económico, que desatenderse y enfrentarse posteriormente a tratamientos más complejos y costosos; pero también se debe a que gracias al uso de la tecnología la mayoría de los procesos dentales se han vuelto más simples, rápidos e indoloros, lo que ha incrementado la confianza en los pacientes para realizarse los tratamientos necesarios. Pero aunque cada vez asistamos más al dentista y sintamos más confianza por los profesionales de la salud bucal, aún son innumerables los temas que nos dejan algunas dudas revoloteando. Tal es el caso de las populares y muy eficaces coronas, las cuales pueden ser elaboradas con distintos materiales según su propósito. En este artículo te platicamos las principales diferencias entre zirconio y porcelana, los dos materiales más utilizados.
En contexto
Iniciemos dejando claro qué es una corona. En términos generales, es una pequeña restauración que cubre a un diente partido o dañado. Se trata de una especie de cofia, diseñada perfectamente a la medida del diente lastimado, que se coloca sobre éste a fin de que se vea mejor y sea un apoyo para la pieza dental. La corona reemplaza de forma permanente al diente lesionado, y aunque el principal fin que la mayoría de los pacientes buscan es lograr una sonrisa bella y estética, el odontólogo deberá evaluar también que ofrezca beneficios como resistencia, durabilidad y comodidad.
Coronas de porcelana
A lo largo de los años las coronas de porcelana han sido aclamadas por su resultado altamente estético, dejando más que satisfechos a los pacientes en cuanto al resultado visual. Una corona hecha enteramente de porcelana no solo se ve impresionantemente real y natural, sino que además, por tratarse de un material que no conduce frío ni calor, no causa sensibilidad al comer platillos con temperaturas muy altas o muy bajas, —situación que, por ejemplo, sí afecta a los pacientes que portan coronas de oro; material que si bien es muy duradero y resistente, al ser altamente conductivo puede llegar a incomodar cuando se comen alimentos muy calientes o muy fríos—.
Entonces… ¿La porcelana es el material ideal?
Todo parece muy bonito, pero aún con las inmensas virtudes de la porcelana, este material no siempre será el mejor para todos los pacientes. La principal razón consiste en que la porcelana es más dura que el esmalte de los dientes, por lo que si el paciente es una persona que tiende a apretar mucho los dientes (ya sea de forma consciente o mientras está dormido), portar una corona de porcelana podría dañar las piezas dentales conjuntas.
Revolucionaria opción: coronas de Zirconio
Uno de los materiales más vanguardistas de la odontología moderna es sin duda el zirconio (también llamado zirconia o circonio). Se trata de un metal en forma cristalina, que destaca por su color blanco, su translucidez, y por ser maleable y muy resistente. Estas virtudes lo vuelven ideal para realizar con él coronas dentales que sean colocadas sobre el diente dañado, pero también sobre implantes previos. Otra de sus ventajas es que es biocompatible prácticamente al 100%, lo que mejora la tolerancia de aparatos ortodóncicos y prótesis, ofreciendo un confort inigualable al paciente y minimizando el riesgo de alergias a otros materiales.
Principales diferencias entre Zirconio y Porcelana
Si bien ambos materiales son nobles y ofrecen resultados muy estéticos para los pacientes, existen algunas diferencias notables entre uno y otro. A continuación, te compartimos las más relevantes:
- Una corona de zirconio será más resistente en el tiempo en comparación con una de porcelana.
- El zirconio, al ser un material blanco y muy translúcido, resalta el brillo en la pieza dental, obteniendo con esto un resultado más luminoso con respecto al blanco realista de la corona de porcelana.
- La superficie del zirconio es mucho más lisa que la de los otros materiales empleados para hacer coronas; esta mínima porosidad ayuda a minimizar la adhesión bacteriana.
- Tanto las coronas de zirconio como las de porcelana pueden alcanzar una tonalidad idéntica a los dientes naturales para obtener un resultado muy real; sin embargo, si los dientes del paciente son muy oscuros, las coronas de porcelana podrían no reemplazar el color debido a la transparencia del material.